El verano suele ser una época recreativa, tenemos vacaciones, viajamos, aumentamos nuestro tiempo de ocio, hacemos más deporte… y todas estas actividades pueden sernos muy beneficiosas para desconectar de las preocupaciones diarias.
Sin embargo, muchas personas con Esclerosis Múltiple (EM) temen esta época del año, ya que el aumento de su temperatura corporal puede desencadenar la aparición de algunos síntomas que, a su vez, dificulten bastante el día a día (como la fatiga). La sensibilidad a la temperatura es altamente prevalente en las personas con EM, y es que en torno al 60-80% de estas notan cómo se ven acentuados sus síntomas neurológicos con el aumento de la temperatura ambiental (1), lo que puede afectar a la actividad normal del sueño y ocasionar problemas a nivel cognitivo que se derivan de esta falta de descanso (2).
¿Cómo afecta el calor en la Esclerosis Múltiple?
- Problemas para dormir: nos cuesta conciliar el sueño y nos despertamos más veces; si no descansamos lo suficiente por la noche, al día siguiente estaremos más cansados, más “lentos” cognitivamente, irritables, etc.
- Deshidratación: sudamos más, y en determinados grupos de población o con algunas enfermedades, la sensación de sed está disminuida. Puede manifestarse con problemas cognitivos relacionados con la memoria a corto plazo y fatiga. En el caso de las personas con Esclerosis Múltiple que tienen problemas urinarios o disfagia, el riesgo de deshidratación es mayor, lo que podría ser la causante de un incremento en la percepción de fatiga (2).
- Enlentecimiento del impulso nervioso: el aumento de la temperatura corporal disminuye la velocidad de conducción del impulso nervioso en nuestro organismo. En EM, como la conducción nerviosa ya puede estar dañada por la desmielinización, las manifestaciones pueden ser más severas a nivel cognitivo, presentarse mayor fatiga, problemas de sensibilidad, etc. (1).
Para que el calor no sea un impedimento a la hora de disfrutar de estos momentos de ocio tan asociados al verano, a continuación te damos una serie de recomendaciones para gestionar el aumento de la temperatura propio de la época en la que estamos.
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